22 marzo 2009

A pesar del estampao

Ayer, después de ver 'Los abrazos rotos', ya quise ver 'La concejala antopófaga', antes no. Para quien no lo sepa, se trata de un corto basado en un personaje interpretado por Carmen Machi de la nueva película de Almodóvar. El cortometraje fue estrenado en Canal + el mes pasado. Aquí dejo el guión y el corto:

- Y ahora llévame donde está tu padre. Hasta luego, Choncita. en seguida vuelvo. Vamos.

-Estoy harta de todo: de los hombres, de las dietas, de los colágenos, de las liposucciones, de la política, de todo menos del sexo, tía. Soy concejala de asuntos sociales y tanto a nivel personal como a nivel profesional, yo creo que el sexo es un asunto profundamente social. El placer sexual es algo a lo que todo el mundo debería tener acceso sin prejuicios ni cortapisas. Hay que incentivar la cultura de la promiscuidad: el intercambio de parejas, las parejas múltiples...

¡Oh! reconocer el deseo como el principal motor de una sociedad mejor. Cuando una desea a alguien, normalmente no desea que le suceda nada malo, es decir, te solidarizas con él. A no ser que te rechace, claro. Creo que es un tema muy interesante e inexplorado hasta ahora, especialmente desde el punto de vista femenino, político y de derechas.

Mmmm, voy a tomarme un año sabático para escribir un libro que aborde este tema, un libro que pueda describir las fantasías que me vienen a la cabeza durante las asambleas y juntas del ayuntamiento, inauguraciones de parques, verbenas, subterráneo, misas a la patrona de Madrid, etcétera. en esas ocasiones, como en todas, sólo pienso en sexo.

Mi único interés es mirar los culos de los tíos, sus pies, sus paquetes... Por eso llevo gran gafa negra, no por fotofobia, como suelo decir sino para mirar donde me sale del coño. mi afición empezó muy pronto, también en esto fui una adelantada a mi tiempo. Empecé a interesarme por los paquetes cuando tenía cuatro añitos y podía cogerlos sólo con levantar la mano, como quien coge una fruta. jajajajaja, al principio tuve muchísimo éxito, la gente se tronchaba conmigo hasta que todos los hombres de mi familia y amigos, entre los que desgraciadamente no había ningún pederasta, empezaron a rehuirme en cuanto me veían venir. Conocí muy pronto la marginación: es muy duro que empiecen a rechazarte y a juzgarte con sólo tres añitos. Me educaron bajo el grito de "¡eso no se toca! ¡eso no se come!" Ay, dios mío, ¡qué tiempos! yo creo que Franco fue un buen gobernante pero en lo referente al sexo no se enteraba.

Del cuerpo del hombre yo lo aprovecho todo. Ahora, lo que más me gusta son los pies. ¡los pies me vuelven loca! Una vez se me ocurrió comentarlo en una fiesta del partido, en un momento en que los cachorros estaban muy pasados. Bueno... ¡mis compañeras se llevaban las manos a la cabeza! ¡qué desfasadas las pobres!

Al alcalde, por ejemplo, le encanta comer manitas de cerdo. ¿Qué diferencia hay entre comerse los pies de un cerdo guisado a comerse los de un tío? Cuando lo dije, la concejala de sanidad me dijo, como sentando cátedra, que ella prefería los pollones y que la abofeteararan con la polla antes de metérsela en la boca. Le dije que ése es el problema del PAP, que a los españoles les transmitimos la imagen de un partido desfasado y anclado en el pasado. A mí también me gusta que me follen la faringe, como a todos, pero para eso no hace falta ser concejala de nada. La gente espera algo más de nosotras. A los ciudadanos hay que ofrecerles alternativas que les hagan evolucionar y ser más felices.

Lo realmente novedoso y algo que podría traer cantidad de votos de socialistas aburridos (a eso le dedico un capítulo entero en mi libro), es que, por ejemplo, a mí, lo que más me gusta es que cuando yo le como la polla a un tío, me gusta que me meta el dedo gordo del pie en el coño. O mejor, los dos dedos gordos del pie en el coño. o un dedo gordo de pie en el coño y otro en el culo. y concretemente, cuando yo estoy bien lubricada, lo que me gusta y propongo a los ciudadanos para que lo experimenten en sus casas porque no hay nada más democrático que el placer, es, lo que a mí me gusta, que yo hago es bajarme y empezar a comerle los pies hasta el tobillo.

Bueno, una de mis fantasías es comerme un tío entero empezando por los pies. Lo he intentado, ¿eh? he llegado a meterme en la boca hasta el talón de un pie del 45, ¿qué te parece? ya tengo título para mi libro: "Una cerda en el PAP". Un título muy comercial, ¿no crees? Puedes acusarme de cualquier cosa menos de autocomplaciente. Yo todas las noches, antes de acostarme, me hago un poquito de autocrítica y ya puedo dormir tranquila. Lo que pasa es que últimamente duermo bien. A veces pienso que puede ser la coca, pero yo no tengo ningún problema en dejarla, yo esto lo controlo.

Éstos tardan, ¿no? ¿a ti qué te parece Pina? yo no la veo tan guapa como para ser modelo. Es mona pero de ahí a esperar a un tío día y noche... ¿eso? eso es puro siglo XIX. Mira, cuando a mí me dejó mi marido, hace unos días, le estaba cerrando la puerta y a la vez gritaba bien alto para que me oyera bien: "A ver, ¡que pase el próximo!" Salí a la calle y allí estaba esperándome, el próximo. Pero me he llevado una desilusión muy grande, si yo te contara... ¿Quieres que te lo cuente? Hola.

- Hola.
- ¿Quién eres?
- Maribel ¿y tú?
- Chon.
- Me he debido quedar dormida, Chon.
- Como un tronco.
- He tenido un sueño.
- Ah, ¿sí? ¿y qué soñabas?
- Creo que era un sueño erótico.
- Aaaaaaaah, ¡uy, qué bien! ¿y qué ocurría?
- No lo recuerdo bien pero creo que tenía que ver con los dedos de los pies de un hombre...
- ¿Con los dedos gordos?
- Sí.
- ¡Oooooooh!
- Creo que empezaba a comérmelos y ¡acaba comiéndome al hombre entero! qué cosas, ¿no?
- Pues yo creo que la antropofagia te ha sentado muy bien. Estás radiante, a pesar del estampao.

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